traducido del portugués
Estrategia.
Una vez establecido el propósito inicial y definido el
objetivo final, todavía nos falta decir unas palabras sobre la forma de actuar durante
el sādhana. La forma de practicar, considerando que las acciones por si solas
no producen la libertad que busco, debe incluir una actitud interior, como
realizar un proceso que consta de tres fases, como se enseña en la B ṛhadāraṇyaka Upaniṣad: śravaṇam, manaṇam y
nididhyāsanam. De estas tres, la primera es aquella en la cual nos exponemos a
las enseñanzas de las Upaniṣads que indican que yo ya soy la plenitud que estoy
buscando, conforme lo indica la gran sentencia védica tat tvam’asi, “tu eres
eso”.
Estas afirmaciones védicas que apuntan a la naturaleza
del Ser deben ser aprendidas de un profesor. Cuando nos exponemos al conocimiento,
el profesor se convierte en un vehículo para él, puesto que la enseñanza es
transmitida por él. Por esto, él no puede ser obtenido sólo por los libros.
Śravanam, a diferencia de estudiar por libros, en que hay ciertas acciones que
participan, no implica esfuerzo por parte del estudiante, así como no hay esfuerzo,
cuando nuestros ojos ven bien, al observar los objetos que nos rodean. Śravanam
quiere decir literalmente “escuchar [la enseñanza de los Upaniṣads]”.
Sin embargo, si persiste alguna duda, yo no voy a
tener una visión de mi mismo como
alguien pleno, así como, si hubiera alguna duda sobre si un cable eléctrico
está conectado a lar red, no lo voy a tocar, pues no quiero correr el riesgo de
que me de la corriente. Manaṇam es, entonces, este proceso a través del cual
elimino todas las dudas, pues no puedo pasar a la próxima etapa, la contemplación,
nididhyāsana, si no estoy seguro sobre lo que voy a meditar. Manaṇam puede ser
traducido como “cuestionamiento [para esclarecer las dudas]”.
A su vez, esta tercera etapa que es la contemplación
sirve para sedimentar los conocimientos y la visión en mi. De esta última fase,
el primer paso es upāsana, la meditación sobre los valores, que me permite
preparar el terreno, por así decirlo, para hacer posteriormente las contemplaciones
yógicas propiamente dichas. Nididhyāsana quiere decir “reflexión [sobre lo que ya
se sabe de si mismo]”.
La práctica de Haṭha Yoga entera entra en este último
momento del proceso, y es desde esta perspectiva que debe ser observada. En otras
palabras, toda práctica de Haṭha Yoga,
de la āsana al yoganidrā, del prāṇāyāma a la mudrā, son, o deberían ser, formas
de reflexión sobre aquello que ya se conoce sobre si mismo, nididhyāsana. Esto
significa, dentro de otras cosas, que no es recomendable practicar sin estudiar,
así como no es recomendable estudiar sin practicar.
El Viṣṇu Purāṇa es un antiguo texto que compara el
estudio y la práctica con nuestros dos ojos. Sin los dos ojos abiertos, no es
posible tener una visión cabal de la realidad, una vez que se pierde la
profundidad: “Del estudio se debe pasar al Yoga. Del Yoga se debe pasar al
estudio. Por la perfección en el estudio y en el Yoga, la conciencia Suprema se
manifiesta. El estudio es uno de los ojos con los que se percibe el Ser. El Yoga
es el otro.” VI:6.2.