lunes, 26 de abril de 2021

Acción y Transformación


Por David Frawley, 

Traducido del libro "Vedantic Meditation" Pag. 27.

Nuestras acciones están basadas en la búsqueda de resultados. Estamos involucrados en un proceso de causalidad, tratando de producir una cosa a través de otra. Tal acción es, en un sentido, deshonesta. Estamos haciendo una cosa solo para llegar a algo más. El resultado es más importante que nuestra consideración por lo que en realidad estamos haciendo.

Raramente hacemos algo por sí mismo. Nuestra acción no es directa y presente. Sigue una motivación ulterior y pensando en el futuro. Nuestra acción trabaja a través del tiempo, lo cual es el pasado y el futuro, y en la negación del presente que es atención consciente. La acción que busca un resultado, por lo tanto, crea encadenamiento al tiempo. Nos ata al flujo de la causalidad, en la cual nosotros mismos, siendo parte del proceso, podemos ser movidos, influenciados y manipulados de acuerdo con aquello que buscamos.

Materia, tiempo, espacio y causalidad son en última instancia lo mismo. Vemos la materia, un material bruto o inerte para ser usado de acuerdo con nuestra búsqueda de resultados. Buscar resultados es crear materia, transformar cosas en objetos manipulables. Por ejemplo, si yo deseo convertirme en un líder político, debo aprender cómo usar las masas de personas para que me den poder e influencia. Debo transformarlas en una herramienta y modelarlas como arcilla de acuerdo con mis ambiciones, lo cual es exactamente lo que algunos (quizás la mayoría) de nuestros líderes intentan. En esa búsqueda de resultados, transformo seres humanos vivientes en meros instrumentos para alcanzar lo que yo quiero. Mientras que si no buscara nada, podría mirar a las personas directamente como seres humanos. Cuando vemos a los otros como seres humanos, como nosotros mismos, no podemos manipularlos.

La causalidad, la búsqueda de resultados, nos saca del presente y nos amarra al futuro basado en el pasado (el pasado siendo nuestro desear y el futuro su cumplimiento). Esto nos encadena a una mentalidad de ausencia y deseo. Convertir al mundo (el cual es también nuestro ser más íntimo) en un objeto manipulable nos aliena y crea división en el espacio. La búsqueda de resultados nos encadena al tiempo, espacio y karma, no como una teoría metafísica sino como un hecho psicológico. Crea nuestra falsa idea del mundo basada en el ego, el mundo de tristeza y confusión o samsāra que es la negación de nuestro verdadero ser.

Desde el ego, que es el foco central de la ignorancia, la fisura original en la consciencia entre el ser y lo otro, viene nuestro completo encadenamiento al tiempo, espacio y la causalidad. Separada de la búsqueda de resultados, toda vida es espiritual, sagrada – una existencia pura e inviolable.