lunes, 31 de marzo de 2014

Yoga-Vasishtah: História del niño y las tres princesas



del Yogavasishtha
Rama preguntó:
Sagrado señor, dijiste que cuando la mente piensa en algo, ese algo se materializa ante ella. Y ahora dices que la esclavitud no existe. ¿Cómo pueden ser verdad ambas proposiciones tan contradictorias?
Vasishtha contestó rápidamente:
La mente, Rama, imagina la esclavitud en el estado de ignorancia. Del mismo modo que los sueños desaparecen al despertar, las alucinaciones conocidas como esclavitud y liberación no existen a los ojos del iluminado que carece de ignorancia. Conozco una curiosa leyenda que ilustra perfectamente este asunto. Escúchala con atención.
Un niño pidió a su niñera que le contara un cuento y la criada le contó la siguiente historia:

Historia del niño y las tres princesas
Érase una vez una ciudad que no existía, en donde vivían tres princesas hermosas y valientes. Dos de ellas no habían nacido y la tercera no había sido concebida. Cuando fallecieron todos sus parientes, las princesas abandonaron su país y marcharon a tierras lejanas. Incapaces de aguantar el calor del sol que abrasaba sus cuerpos, se sintieron desmayar. Sus pies se quemaban en la ardiente arena y hasta las hojas de hierba producían heridas en sus delicadas plantas.
Buscaron refugio a la sombra de tres árboles, de los cuales dos no existían y uno ni siquiera había sido plantado. Después de permanecer algún tiempo bajo ellos y haber comido sus frutos, reemprendieron la marcha.
Alcanzaron la ribera de tres ríos, de los cuales dos estaban secos y el tercero no tenía una gota de agua. Las princesas tomaron un baño refrescante y apagaron en ellos su sed.
Más tarde llegaron a una gran ciudad que todavía no había sido edificada.
Entraron en ella y encontraron tres palacios de sorprendente perfección. Dos de ellos todavía no habían sido planeados y el tercero no tenía paredes. Entraron en los palacios y encontraron tres platos dorados; dos de ellos estaban rotos y el tercero pulverizado por completo. Cogieron este último para servirse. Luego tomaron noventa y nueve menos cien gramos de arroz y lo cocinaron.
A continuación invitaron a tres hombres santos a hospedarse en el palacio; los dos primeros no tenían cuerpo y el tercero carecía de boca. Cuando los tres santos habían acabado su comida, las princesas consumieron el resto del arroz que habían cocinado para ellos. Todos quedaron muy satisfechos. Vivieron en aquella ciudad durante largo tiempo y fueron muy felices. Esta es una leyenda muy curiosa, hijo mío; si la recuerdas fielmente, llegarás a ser un hombre sabio y respetado por todo el mundo.
Cuando el niño acabó de oír esta historia, quedó asombrado.

Lo que conocemos como creación del mundo no es más real que esta historia de las tres princesas que la niñera contó al niño.
Este mundo no es más que una idea, o si prefieres, una mera alucinación.
En la conciencia infinita surge la idea de creación, y eso es todo lo que hay. Este mundo no es nada más que una idea, y los objetos percibidos en este mundo no son más que una idea.
Abandona el tremendo error de la ideación y pronto te verás libre de todas esas fantasías; si permaneces firme en la verdad, en poco tiempo alcanzarás la paz.

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