jueves, 26 de septiembre de 2013

La Condición del Ser Humano (extracto del Yoga Vasishtha)

Al inicio del hermoso relato de Yoga Vasishtha, el príncipe Rama de 16 años, se encuentra abatido, triste y desanimado, no parece mostrar interes por las actividades de palacio, y nadie sabe porque. Viswámitra, un sabio de visita en el palacio del rey Dasharatha (Padre de Rama), cree saber lo que le pasa. Rama es llamado a comparecer ante su padre y los sabios presentes, y le preguntan cuál es la razón de su decaimiento. Ante esto Rama contesta con un hermoso discurso sobre la condición del ser humano, y su preocupación por como superarla. Como respuesta a este discurso es que Vasishtha entrega todo el contenido del Yoga Vasishtha.

A continuación el inicio del discurso de Rama.



Rama contesta: Admirados sabios, intentaré responder adecuadamente a vuestras preguntas. He crecido felizmente en este palacio y he sido educado por los más prestigiosos maestros. Hace poco tiempo he realizado una peregrinación por la tierra de Bharata (India-Pakistan) y en ese periodo se ha apoderado de mí una serie de pensamientos que me han quitado todo aliciente por las cosas del mundo. Mi corazón se pregunta constantemente:

¿Qué es lo que la gente entiende por felicidad y cómo puede conseguirse en este mundo a base de objetos que están en continuo cambio y degeneración?. ¡Todos los seres de este mundo nacen para morir y mueren para volver a renacer!. No veo ningún sentido en esta rueda sin fin cuyas raíces son el error y el egoísmo. 
La muchedumbre de seres aparecen en este escenario que llamamos mundo y la mente finge unas complejas relaciones entre ellos. Todas las cosas de este mundo, tal como las vemos ante nosotros, sólo dependen de nuestras construcciones mentales. ¡Y cuando la examinamos con atención, la propia mente parece irreal y huye de nuestro pretendido conocimiento como el agua de una cesta! 
Pero seguimos hechizados por ella sin atender a razones ni argumentos. ¡Es como si estuviéramos en el desierto y corriéramos hacia un espejismo con la inútil esperanza de saciar nuestra sed en sus brillantes arenas!
Señor, aunque no somos esclavos vendidos a un amo, vivimos una vida de esclavitud que nadie sería capaz de envidiar. Sin conocer cuál puede ser la verdad, deambulamos sin rumbo por el espeso bosque desconsolador del mundo sensible.¿Pero qué es este mundo?. ¿Qué es lo que nace, crece y muere en él?.¿Cómo podemos poner fin al sufrimiento humano?.  Mi corazón sangra de dolor, aunque no derrama ni una sola lágrima para no preocupar demasiado a mis hermanos...

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