por Swāmi Dayānanda
La orientación a
“convertirnos” en seres humanos, totalmente concientes de nosotros mismos en
cuanto personas, sucede por causa de la autocrítica (juicio a nosotros mismos).
Este autojuicio es inevitable. Cuando me torno conciente de mi mismo, necesito
“vestirme” con una identidad.
Ser el que soy me da esa identidad. Por lo tanto,
ser el que soy deriva de un juicio, que puede ser cierto o errado, y que va a
determinar la manera en que vivo mi vida. La base de este juicio es inevitable.
En la construcción de la propia identidad existen algunas características
comunes a todos: el papel que el cuerpo representa, por ejemplo, es fundamental
y predomina en esta construcción de la idea que alimentamos de nosotros mismos.
También las relaciones, el conocimiento, la
fuerza, la habilidad, la cultura, la religión, la idea de nación: estas
características construyen aquello que somos. Esto es universal. Si alguien
dice: “Soy indio de Tamil Nadu”, está señalando que esa persona tendrá cierto
conocimiento y modos de comportamiento, hábitos culinarios, religión u otras
características culturales. Esta es la base común a todas las personas de
aquella región.
Luego vienen las características individuales
asociados al complejo cuerpo-mente, que determinan la propia identidad, las
acciones y las características de la vida en el espacio-tiempo. Este es el
individuo. Incluso en el caso de gemelos idénticos, las huellas digitales, el
código genético, etc, serán diferentes.
Debe haber ciertas conclusiones acerca de los
individuos, que son universales, por ejemplo: “estoy sujeto al nacimiento y la
muerte”, o “tengo un periodo limitado de vida”. “Durante esta vida estoy sujeto
a la enfermedad, envejecimiento y muerte”. Estas son conclusiones verdadera e
inevitables, objetivas. No son opiniones.
Estoy sujeto al miedo, al sentimiento de
inseguridad, a la ansiedad, culpa, no aceptación de mi mismo. Aunque soy libre
para realizar mis deseos, no siempre soy capaz de hacer esto. Lo mismo vale
para el conocimiento, la memoria, mi capacidad de hacer dinero, etc.
Por lo tanto, me veo buscando, queriendo cosas:
quiero ser más alto y uso zapatos de plataforma, lo que hace difícil caminar.
Quiero ser diferente, modificar lo que tengo. Sin embargo, los monos no tienen
ese problema. No se puede decir a los monos que usted es mejor que ellos, porque usted evolucionó. Ellos se van a reír
de usted.
Entonces, o usted vuelve a ser mono o resuelve
este problema. La evolución no puede ser programada. Cuando usted recibe la
libertad de conocer, desear, etc., las
facultades para conseguir esto le son dadas al mismo tiempo. Los monos no
tienen estos problemas porque no se autocritican. Por eso no usan jeans de
moda, ni hace filas frente al consulado americano, como los ingenieros en informática
indios. Los monos se quedan felices en la India. Sólo los humanos son
infelices siendo lo que son, lo que incluye vivir donde viven. Así, el problema
del humano es el hecho de ser un humano!!!
Todos los organismos son dotados de instinto de
supervivencia. Esto implica la existencia de una energía que necesita venir de
fuera, en la forma de alimento. No podemos auto-producir nuestra propia
comida. Debemos alimentarnos desde fuera
de nosotros. Así comienza la cadena alimenticia, que se inicia en los
microorganismos y plantas. Los herbívoros buscan plantas y agua. Los carnívoros
necesitan sobrevivir y también van a las praderas, porque la comida de ellos
está allá.
Cuando miramos a los animales herbívoros, vemos
que hay algo diferente en ellos. Los depredadores sólo necesitan encontrar su
comida, mientras que los herbívoros no sólo necesitan buscar la comida sino también
defenderse de los depredadores. Ellos tienen, entonces, dos responsabilidades.
Los humanos también tienen esas responsabilidades: buscar comida, abrigo,
protección contra los insectos, bacterias y todo lo que fuera hostil. Además, tienen
que protegerse de ellos mismos, además de protegerse de los demás.
Necesitamos aprender a lidiar de manera ecuánime
con el auto-juicio. Si podemos hacer esto inteligentemente estaremos preparados
para vivir la vida. En otras palabras, lidiar con ecuanimidad con todos los
problemas centrados en la persona: el problema de no aceptación, o de la
inadecuación, o del miedo, o de sentirse insignificante, la dificultad de
lidiar con el deseo de ser diferentes de lo que somos, etc. Si podemos lidiar
con todo esto de manera inteligente y tranquila, aceptando los aspectos psicológicos
como son, seremos más felices y podremos decir que hay una dirección
significativa en nuestras vidas.
Traducción de
una traducción de Pedro Kupfer a partir de una conferencia de Swāmi Dayānanda
realizada en marzo de 2006 en Rishikesh, en Dayānanda Āśram.
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