miércoles, 6 de noviembre de 2013

Identidad y Autocrítica



por Swāmi Dayānanda

La orientación a “convertirnos” en seres humanos, totalmente concientes de nosotros mismos en cuanto personas, sucede por causa de la autocrítica (juicio a nosotros mismos). Este autojuicio es inevitable. Cuando me torno conciente de mi mismo, necesito “vestirme” con una identidad.

Ser el que soy me da esa identidad. Por lo tanto, ser el que soy deriva de un juicio, que puede ser cierto o errado, y que va a determinar la manera en que vivo mi vida. La base de este juicio es inevitable. En la construcción de la propia identidad existen algunas características comunes a todos: el papel que el cuerpo representa, por ejemplo, es fundamental y predomina en esta construcción de la idea que alimentamos de nosotros mismos.

También las relaciones, el conocimiento, la fuerza, la habilidad, la cultura, la religión, la idea de nación: estas características construyen aquello que somos. Esto es universal. Si alguien dice: “Soy indio de Tamil Nadu”, está señalando que esa persona tendrá cierto conocimiento y modos de comportamiento, hábitos culinarios, religión u otras características culturales. Esta es la base común a todas las personas de aquella región.


Luego vienen las características individuales asociados al complejo cuerpo-mente, que determinan la propia identidad, las acciones y las características de la vida en el espacio-tiempo. Este es el individuo. Incluso en el caso de gemelos idénticos, las huellas digitales, el código genético, etc, serán diferentes.

Debe haber ciertas conclusiones acerca de los individuos, que son universales, por ejemplo: “estoy sujeto al nacimiento y la muerte”, o “tengo un periodo limitado de vida”. “Durante esta vida estoy sujeto a la enfermedad, envejecimiento y muerte”. Estas son conclusiones verdadera e inevitables, objetivas. No son opiniones.

Estoy sujeto al miedo, al sentimiento de inseguridad, a la ansiedad, culpa, no aceptación de mi mismo. Aunque soy libre para realizar mis deseos, no siempre soy capaz de hacer esto. Lo mismo vale para el conocimiento, la memoria, mi capacidad de hacer dinero, etc.

Por lo tanto, me veo buscando, queriendo cosas: quiero ser más alto y uso zapatos de plataforma, lo que hace difícil caminar. Quiero ser diferente, modificar lo que tengo. Sin embargo, los monos no tienen ese problema. No se puede decir a los monos que usted es mejor que ellos,  porque usted evolucionó. Ellos se van a reír de usted.

Entonces, o usted vuelve a ser mono o resuelve este problema. La evolución no puede ser programada. Cuando usted recibe la libertad de conocer, desear, etc.,  las facultades para conseguir esto le son dadas al mismo tiempo. Los monos no tienen estos problemas porque no se autocritican. Por eso no usan jeans de moda, ni hace filas frente al consulado americano, como los ingenieros en informática indios. Los monos se quedan felices en la India. Sólo los humanos son infelices siendo lo que son, lo que incluye vivir donde viven. Así, el problema del humano es el hecho de ser un humano!!!

Todos los organismos son dotados de instinto de supervivencia. Esto implica la existencia de una energía que necesita venir de fuera, en la forma de alimento. No podemos auto-producir nuestra propia comida.  Debemos alimentarnos desde fuera de nosotros. Así comienza la cadena alimenticia, que se inicia en los microorganismos y plantas. Los herbívoros buscan plantas y agua. Los carnívoros necesitan sobrevivir y también van a las praderas, porque la comida de ellos está allá.

Cuando miramos a los animales herbívoros, vemos que hay algo diferente en ellos. Los depredadores sólo necesitan encontrar su comida, mientras que los herbívoros no sólo necesitan buscar la comida sino también defenderse de los depredadores. Ellos tienen, entonces, dos responsabilidades. Los humanos también tienen esas responsabilidades: buscar comida, abrigo, protección contra los insectos, bacterias y todo lo que fuera hostil. Además, tienen que protegerse de ellos mismos, además de protegerse de los demás.

Necesitamos aprender a lidiar de manera ecuánime con el auto-juicio. Si podemos hacer esto inteligentemente estaremos preparados para vivir la vida. En otras palabras, lidiar con ecuanimidad con todos los problemas centrados en la persona: el problema de no aceptación, o de la inadecuación, o del miedo, o de sentirse insignificante, la dificultad de lidiar con el deseo de ser diferentes de lo que somos, etc. Si podemos lidiar con todo esto de manera inteligente y tranquila, aceptando los aspectos psicológicos como son, seremos más felices y podremos decir que hay una dirección significativa en nuestras vidas.


Traducción de una traducción de Pedro Kupfer a partir de una conferencia de Swāmi Dayānanda realizada en marzo de 2006 en Rishikesh, en Dayānanda Āśram.

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