Igual que una joya hecha de oro sólo es oro, soy la pura conciencia en este cuerpo, el ser que ocupa el interior y el exterior de todas las cosas, la conciencia que refleja todas las experiencias sin sufrir ella misma cambio alguno y que no puede ser afectada por la impureza.
Saludo a esa conciencia que dispensa los frutos de todos los pensamientos, la luz que ilumina todas las antorchas, la meta suprema. Esa conciencia que penetra todos los miembros, siempre despierta y alerta, vibra sin descanso en todas las substancias y es siempre homogénea e idéntica a si misma como si permaneciera despierta y al mismo tiempo en sueño profundo. Es la realidad que proporciona todas las características individuales y aunque está en el interior de todas y cada una de las substancias, se halla lejos de ellas porque es inaccesible a la mente y a los sentidos. Continua e idéntica en la vigilia, en el sueño onírico, en el sueño profundo y en turiya, resplandece y se manifiesta cuando todos los pensamientos han cesado por completo, cuando todas las emociones y todas las excitaciones individuales se han disipado y desvanecido. Saludo a esa conciencia vacía de deseos y de sentimiento del ego que no puede ser dividida en partes.
He alcanzado esa conciencia que habita en todo lo que hay y a pesar de todo, está más allá de la diversidad fenoménica. Es la red cósmica en la que están presos como inocentes pájaros todos los seres, en la que se manifiestan todos los universos aunque de hecho esta manifestación no ha ocurrido jamás. Es de la naturaleza de lo existente y de lo no existente y el lugar de descanso de lo bueno y lo malo, de lo divino y lo infernal. Interpreta los papeles de todos los seres y es la fuente de la paz y de todas las emociones, aunque permanece siempre homogénea y libre. Es la vida de los seres vivos, el maravilloso néctar que no puede ser robado por nadie, la realidad siempre existente, la conciencia que se refleja en las experiencias sensibles y que sin embargo no puede ser captada por los sentidos ni experienciada por ellos. Todos los seres disfrutan en su seno, aunque ella es pura felicidad más allá de todo goce. Semejante al espacio, rebasa el espacio; gloriosa pero desprovista de toda expansión o movimiento. Aunque aparentemente lo hace todo, nada hace en absoluto.
Todo eso soy yo y todo esto es mio. Pero al mismo tiempo yo no soy nada pues no soy otro que yo. Ya he comprendido y realizado todo esto. No me importa que este mundo sea substancial o una mera ilusión. Estoy libre de toda angustia y desasosiego.