Japa (जप) es la práctica en que se repite un mantra
reiteradas veces. Frecuentemente se utiliza un mālā o collar de 108 cuentas
para la recitación de un mantra transmitido en el momento de la iniciación (dīkṣa) por un guru. Otra
forma de meditación muy popular es la llamada japanamaḥ, en la cual se repiten los
nombres de las manifestaciones de Īśvara, como Oṁ, Oṁ namaḥ Śivāya, Oṁ namo Narayaṇāya, Oṁ Gaṁ Gaṇapataye namaḥ, y el conocido
mahamantra, entre otros. La práctica de Japa es muy importante dentro del yoga.
En el Bhagavad Gita (10:25) se dice:
यज्ञानां जपयज्ञोऽस्मि
yajñānāṁ japayajño’smi
"De todos los rituales de sacrificio (yajña) yo
soy la repetición de los nombres sagrados (japa)"
Esta repetición puede ser hecha en voz alta
(vaikhārī), en la forma de murmullo (upamṣu), o mentalmente (manasa), siendo la segunda más
potente que la primera, y la tercera más potente que ambas. Otra manera de
hacer japa es escribiendo el mantra repetidas veces (likhīta japa).
El japa tiene la virtud de darnos un foco de atención. Al hacernos concentrar, más si es en un devattā (en una deidad), el pensamiento fluye en dirección a ella y, naturalmente, las emociones y pensamientos se calman. Eso, a su vez, nos prepara para el conocimiento. Swāmi Dayānanda dice: “en la práctica de japa quebramos la asociación libre de los pensamientos. Como el estímulo mántrico es siempre uniforme, es fácil evitar la dispersión natural que tiende a suceder en otras situaciones”.
El japa tiene la virtud de darnos un foco de atención. Al hacernos concentrar, más si es en un devattā (en una deidad), el pensamiento fluye en dirección a ella y, naturalmente, las emociones y pensamientos se calman. Eso, a su vez, nos prepara para el conocimiento. Swāmi Dayānanda dice: “en la práctica de japa quebramos la asociación libre de los pensamientos. Como el estímulo mántrico es siempre uniforme, es fácil evitar la dispersión natural que tiende a suceder en otras situaciones”.
Swāmiji explica aqui que, a través de la
práctica de repetición de un mantra, aprendemos a estabelecer el control sobre
el pensamiento. Esta adquisición del comando sobre la mente sucede de la
siguiente manera: al repetir un mantra sucesivas veces, conseguimos establecer,
de antemano, cual será nuestro próximo pensamiento.
De esta forma, adquirimos control sobre la
mente, en el sentido de que ella se hace más disciplinada y así, podemos evitar
distracciones y contenidos indeseables. Así, el practicante queda en calma y
consigue que su mente se torne un aliado en el proceso del crescimento
interior.
नमस्ते
Namaste
Namaste
adaptado de un articulo publicado en yoga.pro.br